lunes, 26 de abril de 2010

FUNDAMENTAL VOCACIÓN SOCIAL DEL HOMBRE

100803

No es bueno que el hombre esté solo, esto dijo en el principio del Inicio. Lo que usualmente se denomina Dimensión Social Del Hombre, no es una mera dimensión, es una Fundamental Vocación. La aludida dimensión está, en el Fundamento, sin perjuicio de la Individualidad, en razón de que, la Unidad entre los hombres Hace a la Comunidad que, el Padre Espera se constituya. Hace, a la Comunidad, equivale, a la Humanidad, ya que por beneficio de los vínculos, los hombres se Unen por el Corazón: la Fraternidad, la Comunidad de Seres, el Pueblo de Dios, el Reinado. Sólo entonces, Hay Humanidad!
El natural desvalimiento del hombre también tiene un fundamento que se compadece con la Vocación Social, el hombre necesita de otros para Humanizarse. Igualmente, la Paternidad-Maternidad requiere de la Filialidad para Ser.
La Santísima Trinidad, máxima expresión de Unidad, es la Integración Plena de, y, en Su Esencia. Cuando “necesitó” encarnarse y hacerse verbo, Hizo nacer al Hijo en el Seno de una Familia, la Sagrada Familia. Y por qué es Sagrada? Porque el Hijo es Dios? El Hijo es Dios y los Padres son Santos, ciertamente. La Sagrada Familia es Sagrada en relación con su Fidelidad al Modelo Trinitario, en la Integración Plena de la Deidad-Paternidad-Maternidad-Esponsalidad-Filialidad-Eternidad, la Absoluta Fidelidad a La Esencia. La Sagrada Familia es el Modelo Más Encumbrado del Triángulo Existencial.
Y es cierto, que el hombre como indivíduo puede Redimirse, pero sólo con el cometido de su Misión, y amparado en el Vínculo más Encumbrado, Paternidad-Filialidad. Nótese que, la Individualidad nunca compite con la Unidad, ni se excluyen, respectivamente, por el contrario, se potencian: fundamento de la Redención Esponsal!
Se aclara, lo de la Unidad es la Libertad Impuesta al Vínculo, en razón de que la Vocación Social, es, por beneficio del Libre Actuar del hombre, que, Opta por Vivir Humanamente.
Miremos la dimensión social de la terrenalidad. Se mencionó lo del hombre confundido, desorientado, la translocación de valores, las ataduras entre los hombres, las ataduras a la materia, el matrimonio cultural, las fastuosidades. El hombre confundido y desorientado que llegó a creer en el orden social creado por él mismo. Creía que tenía amigos, ahora que perdí mi puesto, me dicen, ya no vienen a verme, ni se acuerdan de mí.
Confecciona las listas de invitados a los eventos en función del interés por los eventuales beneficios, o la obligación de incluirlos por las “deudas” contraidas en relación con “favores especiales” previos. Acá, los hombres se juntan pero no se unen, se atan, determinan y viven las miserias de las dependencias terrenales.
El hombre cree que lo social es superficial, o, vive la superficialidad, sin siquiera tener conciencia de la misma, ya que cree que, esa es la vida. La mayoría tiende a ocuparse mucho de, vistosos atuendos, cargando generosamente los bolsillos de los pocos que dicen, lo que es vistoso.
El hombre vive la hipocresía llamando hermanos y amigos a los concurrentes a las fastuosidades. Dice, dilecto miembro de la comunidad, por el dinero que le sacaron, y el tonto cree sentirse bien, sonríe, y vive el vacío, ni sabe lo que le decepciona.
El hombre que vivió mal la pobreza material, el espíritu mencionado por Cristo, trata de paliar su sufrimiento “dando” a sus hijos, “lo que él no tuvo”, “todos los gustos”. No les enseña la importante noción del ganarse la vida, los descarría en el modelo de la vida fácil, les carga de materia para alejarlo del Espíritu.
Y por si fuera poco, el hombre se hace permisivo, facilitando el alejamiento de los hijos, de la pequeña comunidad, los envía a la jungla, desvalidos, malcriados, sin elementos para valerse, como si las cosas, simplemente se diesen, sin el protagonismo. Se hace permisivo permitiéndose a sí mismo, y a los demás, la felonía, y, hasta pasa el mensaje de su “normalidad”. Se hace permisivo hasta justificando las relaciones ilícitas. Pretende justificar, hasta en el mismo ámbito del matrimonio, y lo logra, no infrecuentente, hasta con la “anuencia” del cónyuge: ambos viven la frustración, y la infelicidad permanentes.
Y como no sabe que, el modelo que dio no ayudó a sus hijos a ser responsables para con los demás, se muestra permisivo con ellos, y sus relaciones infantiles, relaciones que no pueden madurar, ni menos, desarrollar compromisos. Aludo a los naturales compromisos que se desprenden de los vínculos sanos. El hombre, en general, no prepara a sus hijos para la Vivencia de la Esponsalidad, prefiere sí, los ornamentos en los templos, los atuendos hechos por ...o, traidos de París, prefiere los vistosos salones, los jugosos manjares ...como si eso hace esposos a los que se casan.
La misma permisividad con las relaciones infantiles de sus hijos es la que, de nuevo, funciona para alentar la división. No funcionó, dice, claro, cómo podría funcionar? Ahora, no es infrecuente, que un abuelo que tiene tres hijos, tenga nietos de seis nueras ...y siguen, pontíficamente, hablando de “la familia”.
Es tan triste esta mirada. El hombre se olvidó de ser padre, de hacer un hijo, de hacer un matrimonio, de hacer hermanos y amigos. El hombre se olvidó de su Humana Vocación Social, la pervirtió.
Es tan triste, decir que, hasta los mismos clérigos, contribuyen con la permisividad, con la ostentación de sus vistosos templos, lucen coloridas sotanas, hasta usan, lenguaje soberbio. Sabemos la cantidad que, por pusilánimes, se hacen “religiosos”, y sabemos, fehacientemente, los abusos que cometen, y datos como que, en cierto país, la Iglesia gasta el 45% de su disponibilidad en las demandas que reciben por los aludidos abusos. Si, Autoridad, es hacer crecer ...dejémoslo ahí. Y es cierto, es cierto que, es el hombre el que se alejó, y como son tantos los que se apartaron del rebaño, y tan pocos los pastores que quedan, es cierto que no dan abasto. El buen ejemplo, ayudaría a despertar más Vocaciones Verdaderas, y quizás, hasta si se casasen, también. A los tibios los vomitaré.
Déje el hombre de mirar afuera, la Realidad está Adentro, la Realidad que cuenta con la Vocación Social del hombre, Fundamental para Hacer a la Humanidad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario