domingo, 25 de abril de 2010

DECIDIENDO DE VERDAD

Miro al hombre ante una decisión. Elegir el adecuado momento ayudará. Aquel en el cual hayan menos interferencias de afuera, sean estos ruidos, cuestiones pendientes que puedan estar generando expectativas; o personas, que distraigan e interrumpan. Al momento, es bueno darle suficiente tiempo, ya que el apremio no es un buen amigo, suficiente, mas no demasiado, lo que equivale a darle lugar a las naturales vacilaciones con que el hombre vive, por su imperfección. El momento adecuado y el tiempo suficiente permite sentir ajustadamente. El momento ha de contar con el grado de comodidad que cada uno requiere, atendiendo el grado de fatiga, que de ser mucha restará.
Dice permitir sentir ajustadamente? Efectivamente, la Verdad está en la Profundidad, estar solo y a la noche puede ayudar al momento para sentir la Realidad. Al hombre Dios le habla más en la noche. El cuerpo ya fue consultado, dice que no tiene tanta fatiga, la sensibilidad sin tantas expectativas, se han verificado las eventuales distracciones e interrupciones.
El Intelecto Ayuda, escudriñando dónde nace lo que afronta la decisión. Si va más por lo instintivo se siente vacío. Si va más por la sensibilidad se percibe el reclamo de las carencias. Si va más por los códigos de la mera terrenalidad, el mismo intelecto ha de ser honesto consigo mismo al reconocer que se está desmidiendo, se está desajustando.
Pobrecito, el siempre más postergado, más relegado, más descuidado, aguarda sereno, sabe que es tonto y lento, sabe aguardar. Pero tiene sus vías para acceder. Estas vías serán expeditas en la medida de haber tomado los recaudos sugeridos. Cuando el intelecto detecta que de Ahí viene lo que afronta la decisión, el hombre siente comodidad, se nutre la Confianza. El Corazón ya funciona gratamente, aguardó y triunfó.
Al intervenir la Confianza la comodidad se carga de aplomo. El hombre reconoce la naturaleza de la cuestión y requiere arriesgarse por ella. La Responsabilidad coopera determinando las eventuales consecuencias. Acá, el hombre coteja la medida en que afecta y a quiénes, cuando otros pueden estar involucrados. El intelecto la escucha determinando los elementos a favor y los en contra, sopesa por el beneficio que le Da la Sabiduría que le llega, no requiere de cálculos aritméticos, ya Siente la orientación inicial.
La Libertad está gritando por su espacio, ya sabe lo que le conviene o no al hombre, ofrece el recurso idóneo para Optar. El hombre ya sabe lo que le conviene, pero no se olvida de la Sensatez que verifica la existencia de satisfacción en grado de profundidad, verificada, pasa, ahora a verificar si existe algún dejo de insatisfacción, y al determinar que no existe tal, siente alivio. La Voluntad, algo impaciente ya, por el entusiasmo que le llega de la sensibilidad, y la anuencia que el cuerpo da, se inserta en la comodidad aplomada, el hombre siente paz interior. Ya sabe que la cuestión le viene de la Propia Hondura, siente el ajuste, solicita la cooperación de los talentos que no vacilan en ponerse a disposición.
El intelecto no conoce del regocijo, ahora mira a qué se orienta la cuestión. El Corazón le hace escuchar que Detectó el Plan, la Paz interior se carga del Anhelo. El hombre se fortalece, ya ausculta los Mandatos Interiores, Vigorizados por las Gracias que le llegan por la Apertura. Los Talentos ya son Verdaderas Potencias. La Misión Quiere iniciar la marcha, la Vocación Central Da la venia. Se han disipado las vacilaciones, el hombre ya no teme a nada, Siente Su Autonomía porque Siente que Se Tiene a Sí mismo, se siente Invencible. El hombre Seguro Ya Despliega Su Actuar!

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